Por Eduardo Osses, egresado Magíster en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Santiago de Chile y jefe de Operaciones de División Autos en Macal.
Corría el mes de julio de 1990 y el gran maestro Garry Kasparov, campeón mundial de ajedrez prepara la final del mundo contra su compatriota Anatoli Karpov.
La estrategia utilizada por el gran maestro ruso Kasparov para preparar este encuentro comienza con la definición de su equipo de trabajo: dos analistas, un asesor informático, un preparador físico, un médico y una intérprete. En segundo lugar se define un establecimiento apropiado que cumpla con las condiciones tanto de tranquilidad y equipamiento. Posteriormente se establece el tiempo de estadía necesario para cumplir con las actividades programadas. Con el equipo estructurado y lugar definido se comienza a trabajar en base al programa diseñado, donde la información y el análisis son factores fundamentales para la preparación del juego final.
Se realiza el primer gran levantamiento de información en base a jugadas almacenadas en el computador, revistas y libros de ajedrez. Con el primer paso completado se prosigue con un minucioso análisis de selección de movimientos, siempre focalizados en el apoyo a la táctica del gran maestro identificando brechas y oportunidades que se puedan presentar en el juego. Se analizan fortalezas y debilidades del oponente en cuanto a su táctica. Por otro lado, en paralelo, se cuida la alimentación del maestro como también su parte física, mental y por último, su puesta en escena; mirada intensa, fuerte saludo de manos, clavar los codos en la mesa, etc… El resultado ya es historia conocida, pero lo destacable de este ejemplo es como nos evidencia que tanto para el ajedrez un deporte individual o el fútbol un deporte colectivo, en nuestra vida diaria, siempre existe la necesidad de plantearnos una estrategia para dar frente ante potenciales escenarios que permitan una correcta toma de decisiones.
Nuestro entorno tan interconectado continuamente nos envía señales y está en movimiento, por lo cual, el contar con un buen timing en la toma de decisiones se vuelve fundamental. Pero estas decisiones deben ser sustentadas con información adecuada y fundada ya que son las bases de la implementación de la estrategia, el uso de esta no te asegura el éxito, pero reducirás la incertidumbre, aumentarás las probabilidades de lograr la meta, proyectarás el futuro.
¿Estamos conscientes de que la implementación de una estrategia para abordar incertidumbres es el camino? ¿Porque algunas veces no la aplicamos? ¿O se aplica de manera parcial? Quizás sobrevaloramos la táctica (que ejecuta) por sobre el pensamiento (que guía a la acción)…
Ya en el siglo V a.C. el estratega militar Sun Tzu nos indicaba en su libro “El Arte de la Guerra” lo siguiente “la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros.”
Considerando nuestra formación; cada decisión comercial, operacional, nuevo proyecto, cambio de estructura, cada implementación o mejora continua dentro de la organización definitivamente traerán consecuencias positivas o negativas, todo dependerá de que tan agudo y prolijos fuimos en nuestro proceso de levantamiento, análisis y evaluación de información.
Muy interesante y recomendable se vuelve el libro “Estrategas” del profesor Francisco Garrido M. quien nos ilustra respecto a la importancia de la estrategia en el proceso de toma de decisiones, el desarrollar un pensamiento estratégico que nos permita tener una mirada en perspectiva, con todos los elementos propios de análisis (“Big picture”), el cual será la base de la planificación estratégica; implementación, operación, seguimiento, control y comunicación.
Nos indica que la estrategia debe ser considerada en toda su dimensión como “un modelo y método de pensar que decodifica, analiza, crea, sintetiza y comunica posibilidades en el flujo futuro”.
Existente una enormidad de literatura dedicada a la estrategia, con distintas miradas de acuerdo a cada realidad, pero lo importante y fundamental es internalizarlas y aplicarlas en nuestras vidas y en nuestras organizaciones. Cuánta razón y vigencia toma el siguiente extracto “los estrategas no son adivinos del futuro, pero si anticipan sus posibilidades”.
