La crisis energética en Europa acelera el uso de energías limpias

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Por Camilo Tapia, profesor del Magíster en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Santiago de Chile.

La alta dependencia en Europa de la energía de Rusia previo al conflicto militar ha llevado a los países europeos a acelerar sus planes de descarbonización de sus matrices energéticas, mediante metas ambiciosas de participación de autos eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas, y bombas de calor.

En los últimos años se ha visto un crecimiento importante en la venta de vehículos eléctricos (EV). A nivel global, se estima que unos 7,3 millones de autos eléctricos fueron vendidos en 2022, un 10% del total de autos nuevos; desde una participación del 2,8% en 2019. Para el 2025 se espera que el 15% del total de autos nuevos sean eléctricos, y para el 2030 alcanzarían el 26%.

En Europa, la venta de autos eléctricos alcanzó los 2,8 millones de unidades en 2022, un 20% de participación en la flota total de autos, desde un 3,4% en 2019. Se prevé que al 2025, un 27% del total de autos sean eléctricos, alcanzando un 43% para el 2030. En la actualidad, Alemania es el país con mayor porcentaje de participación de autos eléctricos (25%), seguido por el Reino Unido (23%) y Francia (21%). Se estima que al 2030, la flota de autos eléctricos supere a los vehículos a combustibles fósiles en estos tres países.

A pesar del mayor uso de vehículos eléctricos, los altos costos de adquisición y la dificultad del acceso a estaciones de carga públicas, siguen siendo una barrera de entrada para los conductores, por lo que estos factores representan un desafío para los países que desean acelerar su transición energética.

En cuanto a la calefacción, en Europa, las bombas de calor (heat pumps) alcanzaron un crecimiento de las ventas de casi un 40% en 2022, y la IEA señala que, con las tasas de crecimiento actuales, las bombas de calor casi duplicarían su participación en la calefacción de los edificios para 2030.

Sin embargo, los combustibles fósiles seguirán teniendo una participación relevante al menos hasta el 2030.

Se estima que el consumo global de gasolina se encuentra en torno a los 24 millones de barriles diarios (mn b/d), y que se mantendrá por los siguientes años, para comenzar a decaer levemente a partir del año 2030. En la actualidad, Europa consume unos 2 mn b/d de gasolina, y alrededor de 5,5 mn b/d de diésel; consumo que estará condicionado al avance de nuevas energías que permitan reemplazar el uso del diésel.

El continuo desarrollo de nuevas tecnologías que permitan aumentar el rendimiento de las fuentes de energías limpias y reducir sus costos de producción, sumado al despliegue de puntos de carga de acceso público y políticas de subsidios que incentiven la adquisición e instalación de energías limpias, serán fundamentales para que Europa y el resto del mundo avanzan hacia la descarbonización.

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