Para un emprendedor, empezar un proyecto propio, implica un deseo ferviente que puede incluso significar prescindir de ciertas externalidades y agentes económicos. Esto no quiere decir que no se toman en consideración las perspectivas económicas o financieras circunstanciales, sino que, un verdadero emprendedor tendrá tanto deseo y amor por sumergirse en una nueva aventura, que incluso trabaja por ello en un escenario complejo.
Pero, ¿Qué tan difícil?, o por el contrario, ¿Qué tan exitoso sería emprender en estas circunstancias? La respuesta es ambigua. Por un lado, cuando existe contracción económica, es difícil insertar un nuevo emprendimiento en un mercado competitivo y con menor flujo de dinero. Por otro lado, la experiencia histórica ha demostrado que muchos emprendimientos nacen a partir de escenarios difíciles, consolidándose en el mediano o largo plazo al estar construidos sobre la base de ideas innovadoras y exitosas.
Ahora bien, el análisis interesante que surge a partir de la experiencia de un emprendedor, es que, uno comprende que, en realidad no existe un momento perfecto para emprender, sino que es necesario desarrollar el ingenio para enfrentar cualquier escenario de mercado posible. Emprender en momentos de economías con contracción, puede tener incluso, mayor satisfacción que empezar proyectos solo en mercados de expansión. La mejor enseñanza surge en circunstancias difíciles, ya que te impulsa a desarrollar un proyecto pyme con un estándar más alto y exigente.
Poder combatir en aquellos momentos difíciles y permanecer durante el tiempo, es algo en lo que un emprendedor debe tomar en consideración antes de iniciar un proyecto. No sirve de nada invertir tiempo, un gran esfuerzo personal, emocional y económico, si este no va a ser sostenible. Es ahí, la gran diferencia entre unos emprendimientos y otros, donde además de enfrentar día a día con innovar y generar nuevas líneas de productos para mantener el negocio, debes planificar en cómo prosperar con el objeto de generar tranquilidad para los tiempos complejos.
Nosotros como emprendedores, siempre pensamos en que todo estará bien y que nuestro proyecto, el cual amamos va a funcionar, pero respondiendo al título de esta columna de opinión: ¿Qué debemos hacer si nuestro escenario es incierto?
En mi opinión, frente a este nuevo escenario, lo que va cambiando aparte de las oportunidades, también es el riesgo. Si uno como pyme va minimizando el riesgo con decisiones estratégicas, será mucho más certero ejecutar tus ideas y proyectos en la realidad, a pesar, incluso de que el escenario nunca sea exactamente igual al que planteaste en un inicio. Es beneficioso saber que, si te vas a tirar a la piscina -clásica expresión coloquial- por lo menos estés en conocimiento de, ¿Cuánta agua tiene esta piscina?, ¿Qué profundidad tiene?, ¿Cuánto tiempo puedo permanecer ahí?. Desde una perspectiva emprendedora, es necesario planificar estratégicamente para distintos escenarios, cada ítem de tu negocio (aumentar ventas, disminuir costes, negociación con proveedores, personal a contratar, etc.). Estudiar los shocks de mercado en el que está inmerso tu producto o servicio, será oportuno para que tu emprendimiento prospere.
Es por ello que, el consejo que con el que podría finalizar esta presentación, es que a pesar de que uno vive el día a día inmerso en nuestras pequeñas o medianas empresas, ejerciendo distintos roles en ella, se debe sumar una responsabilidad adicional: cómo hacer perdurable el proyecto frente a diversos escenarios. Solo así, podrás tomar las medidas en forma oportuna, mejorando tus decisiones de hoy, pensando en el mañana.
Por Pablo Cabrera, egresado Magíster en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Santiago de Chile y Gerente General de Aquapur.
